La
música se puede crear con cualquier cosa (Con un palo y unas
cacerolas, con la voz, con instrumentos musicales,etc…). Incluso el
ruido más impensable, puede formar parte de una canción (si se sabe
armonizar).
Por ello, hay que diferenciar entre
la interpretación (que es tocar instrumentos o cantar) y la producción musical, que
consiste en una serie de procesos que nos permitirán crear música y
almacenarla en un soporte (disco de vinilo, cintas, cd, archivos
digitales,etc...) para poder escucharla a posteriori.
En
la producción musical intervienen cuatro procesos. Estos vienen
esquematizados en la figura a continuación:
Fig.
1 Procesos que intervienen en la producción musical.
Antes de adentrarnos en qué consisten estos procesos, sería interesante analizar las diferentes fuentes de sonidos que podemos utilizar a la hora de producir una canción.
Antes de adentrarnos en qué consisten estos procesos, sería interesante analizar las diferentes fuentes de sonidos que podemos utilizar a la hora de producir una canción.
Al
crear un tema, los sonidos que lo compondrán pueden venir de muy
diversas fuentes (tantas como nuestra imaginación nos permita). Pero para comenzar, podríamos agruparlas en dos tipos principales:
1) Instrumentos
eléctricos (Por
ej.: Una guitarra eléctrica, un sintetizador, un ógano electrónico,
una caja de ritmos, un sampler,...)
2) Instrumentos
no eléctricos (Por ej: Una batería, un piano, una
guitarra, la voz, una flauta,...).
En el primer caso los instrumentos tendrán una salida de audio que podremos conectar directamente a nuestro dispositivo de mezcla (ordenador, mesa de mezclas, secuenciador hardware, etc…); mientras que en el segundo caso tendremos que utilizar micrófonos que, conectados a un dispositivo de grabación (sampler, ordenador, minidisc, etc…), transmitirán los sonidos que recojan para poder ser grabados. Así podremos utilizarlos en nuestras producciones.
En el primer caso los instrumentos tendrán una salida de audio que podremos conectar directamente a nuestro dispositivo de mezcla (ordenador, mesa de mezclas, secuenciador hardware, etc…); mientras que en el segundo caso tendremos que utilizar micrófonos que, conectados a un dispositivo de grabación (sampler, ordenador, minidisc, etc…), transmitirán los sonidos que recojan para poder ser grabados. Así podremos utilizarlos en nuestras producciones.
Fig.
2 Salidas de audio.
Ahora
que ya sabemos como obtener sonidos, necesitaremos algo que nos
permita combinarlos y trabajarlos para conformar un tema. A este
elemento se le llama secuenciador (Ya que
reproduce secuencialmente los diferentes sonidos, ritmos y melodías)
y es la parte central de los programas de producción musical
que utilizaremos.
En
este curso utilizaré FL Studio como secuenciador,
al ser el programa que más he manejado últimamente.
En
la siguiente entrada veremos cada uno de los diferentes
procesos que intervienen en la producción musical y como
identificarlos en un programa como FL Studio o Cubase.
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